26 oct 2011

El rol esencial de las creencias en la educación

¿Qué nos hace pensar y actuar como lo hacemos? Muchas veces nos encontramos emitiendo opiniones de lo que en otras ocasiones, tras una reflexión, no concordamos con ellas. En algunas ocasiones, nos damos cuenta de que no estamos seguros de lo que creemos sobre alguna cuestión controvertida; en otras, tenemos creencias muy sólidas sobre temas sociales importantes, sin estar conscientes de dónde emergieron esas creencias o por que las tenemos.
Este es un campo que ha adquirido mucha relevancia en las últimas décadas y que se ha integrado al ámbito de la investigación, especialmente por sus consecuencias. Tomemos por ejemplo a dos alumnos de una clase de álgebra que dialogan tras tener un examen o una prueba. Uno de ellos dice "bueno, yo no soy bueno para las matemáticas, porque en mi familia son todos pésimos para los números". En este caso, la creencia implícita es que el éxito en el manejo de los números es un tema genético. Ahora veamos la respuesta del otro alumno: "A mí, al principio me costaba, pero cuando comencé a asistir al laboratorio de matemáticas entendí bastante más y me ayudó a mejorar muchísimo". En el caso de este otro alumno, la creencia fundamental es que el éxito depende más del esfuerzo que de la habilidad, y que ésta puede variar en la medida que varía su esfuerzo.
En mi propia experiencia he asesorado a docentes para que administren el tema de las creencias como una plataforma básica para el aprendizaje. Desde el punto de vista sistémico, las creencias derivan desde la identidad, es decir, aplicado a este ejemplo, desde el quién soy que contiene en forma subyacente cada persona. Si la identidad es deficitaria, las creencias derivadas también lo serán como consecuencia de la determinación que ejerce la identidad sobre las creencias. Si un alumno se entiende a sí mismo como un "tonto", las creencias derivadas reforzarán esta actitud de "tontera" y, a su vez, dichas creencias ejercerán un impacto sobre las capacidades que crea tener cada individuo.
Por ello, es altamente recomendable que los docentes le otorguen importancia a este fenómeno. Es tanto o más importante que el estudiante comprenda y aclare sus teorías implícitas antes de proveer de conocimientos y estrategias. Una de las razones más poderosas para esto es que los estudiantes con distintas creencias implícitas difieren en cuanto a su voluntad para utilizar estrategias durante el aprendizaje. Otra razón poderosa es que las diferencias de creencias se manifiesta en distintos modos de pensar y razonar. Los supuestos ocultos o invisibles que subyacen en nuestro pensamiento y conductas ejercen una influencia y un impacto muy fuerte.
Si las estrategias actuales se orientan a las competencias, tal vez la más relevante es entender las propias creencias respecto a sí mismo, a qué es importante y qué no y por qué. Este es el primer paso para formar personas con pensamiento crítico y capacidad de autorregulación.
Planteo esta temática en el ámbito de la formación académica, pero quiero agregar que es un tema pertinente no sólo en este ámbito, sino que también al interior de la formación familiar, y en el ámbito laboral (especialmente cuando se está realizando capacitación directa o indirecta), en el coaching, en el proceso terapéutico, en la formación universitaria, en los círculos de calidad, en los programas de emprendimiento, en el manejo adecuado de personas "vulnerables", etc.
En términos muy breves:
El pensamiento crítico es ese modo de pensar – sobre cualquier tema, contenido o problema – en el cual el pensante mejora la calidad de su pensamiento al
apoderarse de las estructuras inherentes del acto de pensar y al someterlas a estándares intelectuales. Esto significa que:
Un pensador crítico y ejercitado:
· Formula problemas y preguntas vitales, con claridad y precisión.
· Acumula y evalúa información relevante y usa ideas abstractas para interpretar esa información efectivamente.
· Llega a conclusiones y soluciones, probándolas con criterios y estándares relevantes. · Piensa con una mente abierta dentro de los sistemas alternos de pensamiento; reconoce y evalúa, según es necesario, los supuestos implicaciones y consecuencias prácticas y
· Al idear soluciones a problemas complejos, se comunica efectivamente.
En resumen, el pensamiento crítico es auto-dirigido, auto-disciplinado, autorregulado y auto-corregido. Supone someterse a rigurosos estándares de excelencia y dominio consciente de su uso. Implica comunicación efectiva y habilidades de solución de problemas y un compromiso de superar el egocentrismo y socio centrismo del ser humano.
Por tanto, deben fomentarse y trabajarse las habilidades subyacentes para que la persona:
1. Provea de un propósito a su razonamiento
2. Defina con claridad si su razonamiento pretende explorar, explicar, preguntar, solucionar o resolver una cuestión.
3. Sea capaz de identificar los supuestos que sustentan su punto de vista, los justifique y a la vez determine cómo tales supuestos le dan forma a su punto de vista o lo determinan.
4. Sea capaz de perspectivizar sus puntos de vista y de identificar varias perspectivas, a la vez que evalúa con imparcialidad los distintos puntos de vista y perspectivas.
5. Sea capaz de recopilar y utilizar datos, información y evidencia.
6. Sea capaz de identificar conceptos e ideas clave.
7. Sea capaz de inferir como de interpretar para obtener conclusiones.
8. Sea capaz de examinar y evaluar implicaciones y consecuencias.
Por supuesto, podemos meternos en un ámbito anterior que subyace a todo esto y que tiene que ver con habilidades de orden cognitivo, el constructivismo que requiere la educación para desarrollar un pensamiento crítico profundo, etc. REFERENCIAS: http://miradasistemica.bligoo.com/content/view/137574/El-rol-esencial-de-las-creencias-en-la-educacion.html
COMENTARIO:
Según lo que acabamos de revisar en el artículo nuestra manera de ser o de actuar esta regida de cierta manera a la forma en como nos educaron en nuestros hogares. Pues es ahí donde adquirimos ciertas habilidades o defectos, pero lo importante es que no creamos o que nos quitemos esas ideas de que si en nuestra familia no hay alguien con cierta habilidad no quiere decir que nosotros nunca vamos a desarrollar esa habilidad. Solo es cuestión de que tengamos un poco de interés y actitud, y aun cuando pensemos que estamos en contra de lo que está establecido en nuestro contexto, no debemos detenernos pues esta la única manera de llegar a realizarnos como personas, pues es la única manera de ser felices, sin importar lo que diga la sociedad.
Durante nuestro desarrollo nos encontramos con situaciones tanto en el hogar como en la escuela; una de ellas es el hecho de que nos enfrentemos a un problema muy común el “buling” en donde se es castigado psicológicamente o físicamente, cuando es agredido psicológicamente se enfrenta a que es objeto de apodos, muchos de estos causan daño al agredido por que éste último se cree todo lo que dicen y comienza a cambiar su actitud. Para evitar este tipo de problemas debemos poner mucha atención en los niños y nosotros mismo evitar que se de esta situación en nuestras casas, pues es un daño que muchas veces afecta de por vida a la persona.
También es importante crear en las personas un pensamiento crítico pues este ayudara a discernir las situaciones o información que se le presente y con ello lograr que poco a poco se vaya construyendo una sociedad responsable y comprometida con el entorno.
POSTEADO POR: ANDRADE UBALDO ITZIAR MICAELA Y CORTES CABAL CECILIA

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