30 nov 2011

La historia actual y las nuevas tecnologías

Marshall McLuhan vaticinó como consecuencia de la revolución en las comunicaciones, el que nuestra visión del mundo, las categorías con las que lo analizamos y clasificamos, iban a verse sustancialmente alteradas por el avance tecnológico. En cierta forma, recordaba el precepto kantiano de que nuestra concepción de la realidad depende del instrumento y sentido con el que la registramos. Ahora todo esto ha cambiado. Es necesario que la historia actual, por sus intenciones y reciente existencia, sea la abanderada de la lucha contra la tiranía de la fuente documental. Hoy en día, salvo honrosas excepciones, se suele trabajar con una metodología del siglo XX, con técnicas e instrumentos del siglo XIX (a excepción del procesador de textos y los programas de bases de datos) en pleno siglo XXI. El universo cibernético y digital que no se aproxima, sino que ya está aquí, va a suponer un giro copernicano para la comprensión del hombre en el tiempo. Ahora es la red quien va a dictar desde su modelo cognitivo e influencia social, los parámetros de la organización del trabajo historiográfico y la teorización acerca del mismo. Tomemos como ejemplo las fascinantes indicaciones de Mercedes Vilanova sobre memoria e historia actual. Ahora recordemos cómo la memoria, en su primario aspecto de retención de recuerdos, se asemejaba en los manuales mnemotécnicos medievales con la estructura de la catedral: primera selecciona los cimientos de la construcción intelectual que deseas almacenar, luego diseña la planta central, ahí estarán los pórticos, ahí las capillas laterales... Es tendencia humana buscar lo semejante, lo próximo... y la Europa de las catedrales se forjó también en los espacios de la memoria. Víctor Hugo, en su Nuestra Señora de París, relata la escena de un clérigo que ante un libro recién salido de la imprenta dice: "esto (el libro) destruirá aquello (la catedral)". Puede interpretarse como una asimilación de difusión cultural a anticlericalismo; pero también al hecho de que el nacimiento de la galaxia Guttenberg cambió los sistemas de almacenamiento y tratamiento de la información que desde la caída de Roma, venían siendo utilizados en el espacio europeo cristiano. En plena era de información, ¿qué estructura tenemos como modelo para la organización de la memoria y el ejercicio intelectual? Siguiendo a Castells, una indefinida figura: un espacio de flujos que aunque contaría con unos nódulos centrales, difusores de información, se extendería sinuosamente por toda la red digital.
Por ello, la historia actual ha de emprender un camino que entremezcle la teorización con la investigación empírica bajo el marco de estas nuevas tecnologías. El ingente volumen de información que amenaza con aplastarnos bajo su peso, tendrá que ser tratado con la herramienta de la informática. Pero sobre todo con las herramientas de la inteligencia humana. De ahí que para empezar las comunicaciones tengan que ser una de nuestras aliadas. La creación de comunidades virtuales, donde se integren grupos de trabajo y supongan auténticos mercados, foros de debate e ideas, supondrán el inicio de una estructura reticular de la actividad investigadora. Pero no significa, como ya se dijo, el uso de las nuevas tecnologías como meras herramientas para la actividad investigadora. Han de constituirse como objetos de estudio de pleno derecho. En ellas tenemos un espacio común entre los intereses socioeconómicos y los nuevos factores culturales. Trabajos como los de Mario P. Díaz Barrado son novedosos en cuanto que revelan la humanización de la tecnología, de la maquinización. En una original e interesante intervención de Antonio Rodríguez de las Heras se proponía el juego de sustituir a los factótums de la Conferencia de Yalta por los pioneros de distintos campos de la investigación científica: Alan Turing, Werner Von Braun y Vannevar Bush. Ahora, tomándolos como ejemplo de lo anteriormente dicho, se podría decir de Alan Turing que, a pesar de ser un héroe al que Gran Bretaña y en general el bando aliado le debió la victoria en la Segunda Guerra Mundial, se suicidó tras pasar por la cárcel a causa de su homosexualidad; de Werner Von Braun que simboliza el uso de nazis o de personajes de regímenes autoritarios, por diversos países tras la guerra; y del programa nuclear estadounidense impulsado por Vannebar Bush, que tras las persecuciones sufridas por Oppenheimer y la ejecución del matrimonio Rosenberg, fue una buena muestra de la instrumentalización de la actividad científica por los poderes públicos o privados. La historia actual recoge en su esencia de hija de la era digital, el hecho de la presencia del binomio ciencia-sociedad en toda la historia humana. Ahora no sólo Internet es importante por las capacidades de comunicación instantánea, en tiempo real que ofrece a las corporaciones bancarias. Es también, como los acontecimientos de los últimos años demuestran una y otra vez, uno de los mejores mecanismos de movilización social que hayan existido. Incluso podría decirse que la criatura se ha vuelto contra su padre (intelectual). No olvidemos que frente a las predicciones de Marshall McLuhan sobre una aldea global, que generaría una especie de ciudadanía del bite, Internet ha supuesto una oportunidad para la difusión de mensajes de corte nacionalista y racista.
Comentario
En nuestra época la tecnología va avanzando a una rapidez impresionante esto nos a traído grandes beneficios pero también nos a provocado tantos problemas (obesidad, falta de cultura por la lectura, etc.), esto es algo que preocupa pues a pesar de que tienes grandes facilidades sobre algunas cosas ya bibliotecas no son muy concurridas, debemos tomar en cuenta que la tecnología seguirá progresando y traerá grandes beneficios a la humanidad tal vez esto a pesar de traer grandes logros también nos pueden afectar en algunas cosas recordar una frase que dice NADA CON EXCESO TODO CON MEDIDA.
JULIO CESAR RAMIREZ DESIXTO
GUSTAVO HERNANDEZ
ANDREA JAZMIN OCAMPO
IRAIRA LEUDITH ENRIQUEZ TORRES

SOBRE LA ENSEÑANZA DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGIA-- J. M. GUTIERREZ VAZQUEZ



El prestigio social de la ciencia y de la investigación científica y tecnológica se ha deteriorado en los últimos años, en México y en muchos otros países. Pero aun cuando dicho crédito tenía mayor altura, digamos hace unos 15 o 20 años, era regla entre la población adulta (con estudios superiores o sin ellos), como lo sigue siendo ahora, el no saber cómo preparar una dieta balanceada, cómo evitar las enfermedades y los accidentes más comunes y qué deberíamos hacer para no dañar el medio ambiente.

Por otra parte, en reuniones de diverso tipo nos cercioramos reiteradamente de la incapacidad de tantos científicos para comunicarse con la gente, mientras la visita a clases de ciencias en escuelas primarias y secundarias nos sobrecoge al encontrarnos a centenares de jóvenes (y a sus maestros) entregados sin convicción a machacar memorizando (o intentándolo al menos) los nombres de los 206 huesos del cuerpo humano (ulna, radio, semilunar, escafoideo, triquetro, trapecio...), los nombres de los 25 órdenes de la clase insecta (ortópteros, isópteros, neurópteros, hemípteros, homópteros, mecópteros...), o los diferentes tipos de bordes en las hojas de las plantas superiores (entero, ondulado, festonado, crenado, aserrado, dentado, lobulado...).

Preocupado por hechos e indicadores tan inquietantes como los anteriores, y descartando entre ellos una relación de causa efecto -ya que estos problemas se insertan en un contexto más amplio de carácter económico, social, cultural y político- intento compartir con el lector algunas ideas referentes a una posible (quisiera decir probable, pero no puedo) mejoría en la enseñanza de la ciencia y la tecnología en nuestro país.

Cuando se pretende mejorar la enseñanza de la ciencia y la tecnología en México, y sobre todo superar la etapa actual de su quehacer científico y tecnológico mismo, las acciones prácticamente se han concretado a crear algunos centros de excelencia al más alto nivel educativo y de investigación. Acciones como las que produjeron los libros de texto gratuitos de Ciencias Naturales para la educación primaria de 1972 a 1974 permanecen aisladas, y de hecho en los últimos años se han producido nuevos libras, para los primeros dos grados, que desandan el camino de los anteriores. Mientras tanto, la inscripción relativa en facultades y escuelas de ciencias continúa bajando en todo el país, y las facultades y escuelas de ingeniería se han unido recientemente a este descenso. En las instituciones que ofrecen maestrías y doctorados en ciencias y/o en tecnología con base en programas de cierto rigor académico, justamente en esos centros de excelencia del más alto nivel creados por el Estado, comienza a disminuir la demanda de ingreso; podría llegar a darse el caso de que estos centros no tuviesen a quién trasmitirle su excelencia. Es claro que estos efectos no tienen una causa simple y única; sin embargo, también resulta evidente que si se quiere modificar un sistema no basta con actuar sólo sobre su cúspide. La calidad de la enseñanza de la ciencia y la tecnología al más alto nivel junto con los logros científicos y tecnológicos de nuestro país, serán mejorados cuando actuemos sobre toda la estructura de la actividad científica y tecnológica y, dentro de ella, por supuesto, en todos los niveles del sistema educativo nacional. Dentro de este marco resulta de singular torpeza el seguir manteniendo a científicos e investigadores experimentales y sociales del más alto nivel académico, alejados de los problemas del desarrollo de la enseñanza básica. Querer mejorar la enseñanza de la ciencia y la tecnología en educación básica sin el concurso de científicos y tecnólogos (y no solamente de quienes ostenten tales títulos, sino de quienes lo sean realmente), resulta tan necio como querer hacerlo sin el concurso creativo de profesores de ese nivel.

Otro asunto que también nos preocupa: en el mundo de nuestros días, en el que la vida diaria se desenvuelve llena de tan numerosos aportes de la ciencia y la tecnología, en el que esa vida diaria nos sigue presentando innumerables problemas susceptibles de ser atacados a través de la ciencia y la tecnología, el analfabetismo científico y tecnológico resulta casi tan grave como el analfabetismo referido al lenguaje escrito. Una parte importante de nuestra población no fue nunca a la escuela, o bien cursó menos de tres grados en la escuela primaria; pero por desgracia el analfabetismo científico comprende no solamente a esta parte de nuestra población, sino que se extiende a muchos de quienes han terminado su educación primaria e incluso la secundaria. A diario podemos constatar comportamientos individuales y colectivos que contradicen las normas más elementales de buenos hábitos alimentarios e higiénicos en general, del mejoramiento ambiental y aun de la mera conservación del ambiente, del buen uso de los energéticos y de los recursos naturales en general; mientras tanto, mitos y supersticiones proliferan y se extienden. Una vez más las causas de todo esto son múltiples y complejas, a pesar de lo cual no puede soslayarse que la calidad de la educación científica y tecnológica que se imparta juega un papel fundamental en la calidad de la vida de la comunidad que se considere. Por lo demás, y dada la ineficiencia del sistema educativo ya mencionada, resulta de enorme trascendencia el convencimiento de que la enseñanza de la ciencia y la tecnología no puede constreñirse al sistema educativo formal, sino que habrá de abordarse también a través de una gran diversidad de modalidades y procedimientos no formales que alcancen a la población adulta en sus lugares de trabajo y de reunión, así como en su domicilio.

Resulta claro que para mejorar aspectos cuantitativos en un sistema educativo (número de escuelas, de aulas, de profesores, y por lo tanto, cuando menos en parte, atención a las demandas real y potencial; producción de auxiliares didácticos en número suficiente; cobertura geográfica nacional o estatal; etc.), las iniciativas y programas generados centralmente (gobiernos federal y estatales) resultan de importancia determinante o definitiva. Las acciones generadas por el centro también son eficientes, debe señalarse, cuando se trata de cambios importantes en la estructura educativa (v. gr., nivel prescolar reducido a un año en lugar de dos durante el presente sexenio) o en el contenido del currículo (v. gr., inclusión de la educación sexual en planes, programas y libros de texto gratuitos para la educación primaria durante el sexenio de Echeverría). Sin embargo, tales iniciativas y programas (en ocasiones denominados de arriba hacia abajo), que logran por lo general una difusión horizontal muy amplia, no consiguen el mismo éxito en cuanto a otra dimensión del quehacer educativo: la profundidad deseada en el proceso de enseñanza-aprendizaje; en suma, que no se logran completamente las metas en cuanto a la calidad de la educación.

Constatado este hecho, comienza a generalizarse entre los educadores la idea de que las innovaciones cuya implantación se destina al diario quehacer docente, pueden ser mejor iniciadas dentro de la escuela misma (iniciativas y programas que en ocasiones se denominan de abajo hacia arriba); innovaciones de este tipo, cuando son iniciadas y conducidas centralmente, corren el peligro de no llegar a ser nunca establecidas en el salón de clase. Debe también precisarse que los dos tipos de acción no son contradictorios ni se sustituyen uno al otro; ambos son necesarios y se complementan mutuamente. Por eso resulta indispensable que las instituciones centrales (gobiernos federal y estatales) no sólo permitan sino que apoyen iniciativas y proyectos que partan de la escuela, los cuales tendrán a mediano y largo plazo una incidencia definitiva en la calidad de la educación y complementarán las acciones de las dependencias centrales.

Todo avance en educación que sea verdadero y legítimo implica una modificación de la realidad educativa, modificación que habrá de fundamentarse en un conocimiento razonable de dicha realidad. Cuando se ha tratado de enriquecer la enseñanza de un área educativa determinada renovando sus contenidos y difundiendo metodologías más modernas y participativas para su enseñanza, los logros han sido muy limitados en alcance y profundidad; esta aproximación modernizante implica una incomprensión del proceso educativo como fenómeno social en el que confluyen y participan, como ya se dijo, un sinnúmero de factores y componentes de tipo social, político, económico y cultural. De ahí que tanto el conocimiento de la ciencia y la tecnología como el de su enseñanza no baste para comprender cabalmente esta parte del quehacer educativo y mucho menos para planear, organizar, implantar y evaluar programas para el mejoramiento de la misma. La realidad educativa, ella o cualquiera de sus partes, habrá de ser estudiada, comprendida y después modificada merced a un enfoque multi e interdisciplinario, en el que no bastan profesores, físicos, químicos, biólogos, ingenieros, etc.; es necesaria también la participación de psicólogos, sociólogos, economistas, antropólogos, etc., así se trate solamente de la enseñanza de la ciencia y la tecnología. En el mismo sentido, si los profesores de ciencia y tecnología han de desarrollar su capacidad, sus destrezas y sus habilidades profesionales, será a través de la comprensión del proceso educativo en su múltiple significación y no solamente en virtud del dominio de los contenidos y de la metodología de la enseñanza. En todo esto, las enfoques fragmentarios o parciales están condenados a un éxito exiguo, cuando no al fracaso completo.

La enseñanza de la ciencia y la tecnología no logrará los objetivos formativos que pretende, mientras siga gravitando alrededor de la pretendida transmisión de una serie de conocimientos mal organizados, lo que no resulta de utilidad para quienes van a ser científicos y tecnólogos, para quienes van a estudiar cualquier otra carrera, y mucho menos para aquellos que se ven obligados a abandonar el sistema educativo antes de acreditar algún ciclo terminal. Los aprendizajes formativos, aquellos que nos permitirán aprender durante toda la vida por nosotros mismos, aquellos que posibilitarán que aprendamos de la vida y de la realidad y no solamente de los libros, se adquieren principalmente durante experiencias educativas en las que los conocimientos y las leyes no se reciben pasivamente sino que se elaboran y se construyen a partir del estudio de los hechos; una vez elaborada y construida a partir de la realidad la teoría se convierte en un arma poderosa para volver al estudio de la realidad misma. Así ocurre en la investigación científica y en la investigación tecnológica, y así debería ocurrir tanto en la enseñanza de la ciencia y la tecnología como en cualquier programa que en los hechos persiguiera mejorarla. En la práctica esto también ocurre en la vida diaria la gente aprende principalmente a través de lo que hace y de lo que le sucede, más que a través de lo que se le dice o de lo que lee; a partir de su experiencia, la gente construye conceptualizaciones y generalizaciones con las que enfrenta mejor la vida cotidiana. De la misma manera, la gente muestra lo que realmente sabe más a través de lo que hace que de lo que dice. Todo esto debe tomarse en cuenta en el proceso de enseñanza-aprendizaje, así como en la evaluación del aprendizaje.

Lo anterior está muy relacionado con nuestros conceptos de lo que es ciencia y de lo que es tecnología. La ciencia ha sido conceptualizada por nuestro sistema educativo solamente como un conjunto ordenado y sistematizado de conocimientos establecidos sobre lo que ocurre en la naturaleza, en tanto que el propio sistema ha conceptualizado casi siempre a la tecnología como el conocimiento, mantenimiento y uso de herramientas, máquinas y piezas de equipo diversas. Ambas concepciones son erróneas, pues sólo muestran un aspecto (el menos creativo) tanto de la ciencia como de la tecnología. La ciencia no es solamente el conocimiento acumulado, sino el proceso sistemático y disciplinado de generación de nuevo conocimiento; ciencia es lo que sabemos como científicos, pero también los métodos, procedimientos y maneras para averiguar lo que, como científicos, todavía no sabemos; ciencia es saber pues, pero también es quehacer. Lo mismo pasa con la tecnología: manejar, mantener o reparar un torno, una fresadora o un sistema de control automatizado es técnica, pero no es tecnología; como la ciencia, la tecnología es también un proceso, un proceso disciplinado (dentro del cual el pensamiento reflexivo y la creatividad juegan un papel tan importante como en la ciencia) durante el cual los recursos y conocimientos con los que se cuente son usados en la solución práctica de problemas previamente identificados por las necesidades humanas. Identificar a la ciencia con el trabajo intelectual y a la tecnología con el trabajo físico o manual es un error de incalculables consecuencias en los dos sentidos. Sus implicaciones para la enseñanza y para la actividad científica y tecnológica misma de nuestro país no podrían ser sobrevaloradas.

La escuela aborda a menudo la enseñanza de la ciencia y la tecnología (de hecho acostumbra hacerlo igual con todas las áreas del conocimiento) como algo ajeno a la vida diaria, como algo extraño y complicado que no forma parte de nuestra manera de ser, de nuestra manera de vivir. Acostumbra también presentar a la ciencia y a la tecnología como una actividad privativa de seres superdotados, "los científicos", con lo cual refuerza el criterio de que la ciencia es algo superior y que poco tiene que ver con la vida común y corriente, la de todos los días. Resulta, entonces, de gran importancia rescatar durante su enseñanza, tanto para la ciencia como para la tecnología, su relación con los problemas más importantes de la sociedad en general y de la nuestra en particular, así como con la vida y las necesidades concretas de todos nosotros en tanto individuos. Tanto la ciencia como la tecnología son partes activas y muy importantes de nuestra cultura, y como tales deben ser practicadas y enseñadas, y por esto es que resulta fundamental no organizar dicha enseñanza solamente con base en estructuraciones lógicas, psicológicas y pedagógicas, sino tomar en cuenta también el contexto sociocultural en el que se enseña.

Ignorar el contexto es causa frecuente de fracaso en la enseñanza, la cual queda transformada en un intento arrogante de imposición cultural que provoca conflictos, rechazo, frustración y desengaño. La gente tiene sus propias maneras de hacerse de conocimientos y de legitimarlos. Tales conocimientos y, sobre todo, los procedimientos de que la gente se sirvió para obtenerlos y validarlos, tienen que ser considerados y comprendidos por el educador, si éste aspira a que sus alumnos participen realmente en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

A todos preocupa cada vez más la excesiva asimetría casi siempre presente en el quehacer de los sistemas educativos, sobre todo aquella que nos divide en educadores y educandos, en quienes enseñamos y quienes aprenden; en el fondo, la asimetría que distingue a quienes hablamos de quienes callan, a quienes ordenamos de quienes obedecen. Esta asimetría viciosa, reflejo una vez más de la asimetría presente en las relaciones sociales, tiene muchísimas consecuencias, entre las que destaco tres la primera, que es en virtud de dicha relación asimétrica que, al menos en parte, los sistemas educativos intentan legitimar la injusticia social, las carencias sociales, la distribución inequitativa de los productos del trabajo y las torcidas relaciones de producción; la segunda, que esta asimetría nos impide a los educadores aprender de nuestro quehacer, aprender de quienes aprenden con nosotros, que esta asimetría, en fin, es uno de los factores importantes que impiden que los educadores nos eduquemos; y la tercera, consecuencia de las anteriores, que esta asimetría constituye factor importante en el fracaso escolar, en cuanto que entorpece o tuerce el desarrollo personal a que, como seres humanos, nuestros alumnos tienen derecho. No es sencillo establecer relaciones simétricas entre personas con fuertes diferencias en edad, en preparación, en estilos de vida, en cultura; sin embargo, la simetría debe intentarse, pues es gracias a ella que todos los participantes en un proceso pueden aportar de manera creativa a su desarrollo. Estas consideraciones sobre la simetría, la participación y la creatividad pueden extenderse en muchos sentidos; por ejemplo, es experiencia nuestra y de otros grupos, y la práctica regular de estas ideas en varios países así lo atestigua, que la gente mejora notablemente los resultados de su trabajo cuando participa activamente en el planeamiento, organización, instrumentación y evaluación de las labores que desempeña y de los materiales que usa. En tareas de mejoramiento de la enseñanza de la ciencia y la tecnología, la participación simétrica de profesores, alumnos, científicos experimentales, tecnólogos y científicos sociales, en esquemas que hasta ahora no hemos intentado, asegurará el enriquecimiento de todos los participantes y el mejor desarrollo de la enseñanza de nuestras disciplinas.

Posteado por: Jesús Antonio Treviño, Jackeline Juan e Israel Jimenes, Edith Adriana Dávila González y Ana Laura Martinez Azorín

Importancia de la enseñanza de las ciencias en la sociedad actual

1 En: NIEDA, Juana y MACEDO Beatriz. Un currículo científico para estudiantes de 11 a 14 años. México, SEP, 1998, pp. 19-24
ISBN: 970-18-1039-2

Este capítulo pretende poner de relieve las implicaciones de la ciencia y la tecnología en la sociedad actual. Esto conlleva la necesidad de que la población en su conjunto posea una cultura científica y tecnológica, que le permita comprender un poco mejor el mundo moderno y sea más capaz de tomar decisiones fundamentadas en la vida cotidiana.

El sistema educativo debe facilitar la adquisición de esta cultura científica y tecnológica, por lo que se hace necesario ofrecer una enseñanza de las ciencias adecuada y pertinente en el tramo etario de la enseñanza obligatoria.
Asimismo, en este capítulo se fundamenta la conveniencia de prestar una especial atención a la educación científica de los estudiantes de 11 a 14 años y para ello se defiende el diseño de un currículo específico para estas edades.

Vivimos en una sociedad en que la ciencia y la tecnología ocupan un lugar fundamental en el sistema productivo y en la vida cotidiana en general. Parece difícil comprender el mundo moderno sin entender el papel que las mismas cumplen. La población necesita de una cultura científica y tecnológica para aproximarse y comprender la complejidad y globalidad dela realidad contemporánea, para adquirir habilidades que le permitan desenvolverse en la vida cotidiana y para relacionarse con su entorno, con el mundo del trabajo, de la producción y del estudio. Las Ciencias de la Naturaleza se han incorporado en la vida social de tal manera que se han convertido en clave esencial para interpretar y comprender la cultura contemporánea.

Por lo tanto, ya no es posible reservar la cultura científica y tecnológica a una elite. La sociedad ha tomado conciencia de la importancia de las ciencias y de su influencia en temas como la salud, los recursos alimenticios y energéticos, la conservación del medio ambiente, el transporte y los medios de comunicación, las
condiciones que mejoran la calidad de vida del ser humano. Es necesario que amplios sectores de la población, sin distinciones, accedan al desafío y la satisfacción de entender el universo en que vivimos y que puedan imaginar y construir, colectivamente, los mundos posibles.

Es importante acceder a los conocimientos científicos por muchas y múltiples razones, pues como dice Claxton (1994) «importan en términos de la búsqueda de mejores maneras de explorar el potencial de la naturaleza, sin dañarla y sin ahogar al planeta. Importan en términos de la capacidad de la persona para introducirse en el mundo de la Ciencia por placer y diversión. Importan porque las personas necesitan sentir que tienen algún control sobre la selección y el mantenimiento de la tecnología que utilizan en sus vidas ... e importan porque la Ciencia constituye una parte fundamental y en constante cambio de nuestra cultura y porque sin una comprensión de sus rudimentos nadie se puede considerar adecuadamente culto, como dijo C.P. Snow hace muchos años».

La adquisición de una metodología basada en el cuestionamiento científico, en el reconocimiento de las propias limitaciones, en el juicio crítico y razonado, debe insertarse en todo proyecto de desarrollo de la persona y colaborar en la formación de un ciudadano capaz de tomar sus propias decisiones, ya que prepara y favorece una actitud crítica, razonable. Como dice Gil (1996), «la influencia creciente de las ciencias y la tecnología, su contribución a la transformación de nuestras concepciones y formas de vida, obligan a considerar la introducción de una formación científica y tecnológica (indebidamente minusvalorada) como un elemento clave de la cultura general de los futuros ciudadanos y ciudadanas, que les prepare para la comprensión del mundo en que viven y para la necesaria toma de decisiones».

Esta convicción nos conduce a reivindicar la incorporación de la educación científica a la educación obligatoria. Pero esta reivindicación debe estar unida a un nuevo enfoque de la enseñanza de las ciencias que permita asegurar una educación científica de calidad con equidad, es decir, no reservada sólo a unos pocos. Debemos en primera instancia reconocer que dicha enseñanza debe situarse en un enfoque más general de la educación. Una educación que se comprometa a formar y preparar a todos para afrontar su vida posterior. Cuando nuestros países optaron por una educación general obligatoria de mayor duración, respondían a una necesidad ineludible, impuesta por las exigencias de la vida social y política. Una sociedad democrática requiere un alto nivel de participación, que sólo es posible si se les brinda a los ciudadanos la formación necesaria para alcanzarla efectivamente.

La educación general debe evolucionar en función de las demandas de una sociedad progresivamente compleja, que requiere para su funcionamiento un desarrollo intensivo de las capacidades individuales que favorezcan la incorporación a procesos productivos complejos y la flexibilidad mental necesaria para asumir distintos roles en una sociedad dinámica. Además, la educación
deberá procurar el desarrollo de una capacidad crítica y creativa que permita incidir en la modificación de la realidad social.

No podemos ni debemos conformarnos con que sólo unos pocos alumnos se sientan atraídos por las clases de ciencias mientras que la mayoría se aburren, les resulta difícil y pierden el entusiasmo. Como bien señala Claxton, «sea cual sea el currículo y sea cual sea su grado de pertinencia, algunos estudiantes 10 seguirán mejor que otros. La cuestión es que sea 10 que sea 10 que los estudiantes se lleven consigo, deberá ser verdaderamente útil por derecho propio».

Nuestra preocupación se centra en cómo podemos contribuir a desarrollar e incentivar en las personas la capacidad para aprender. Indudablemente que no es tarea única ni exclusiva de la enseñanza de las ciencias, ni ella por sí sola podrá lograr cambios significativos. Pero sí debemos cuestionamos cómo la enseñanza de las ciencias puede contribuir a que los jóvenes adquieran los instrumentos y destrezas adecuados y pertinentes para aprender y seguir aprendiendo, de manera que puedan conocer, interpretar y actuar en el mundo que les toque vivir, donde 10 único constante será el cambio. Por otra parte ese cambio se debe en gran parte al impacto del binomio ciencia-técnica. Esto nos conduce a preguntarnos qué conocimientos, desde el punto de vista individual y social, le son necesarios a cada individuo para administrar la vida cotidiana, enfrentarse e integrarse de manera crítica y autónoma a ella y ser capaces de tomar decisiones.
Parece importante que niños y adolescentes tomen conciencia de la riqueza de las implicaciones e impactos que tienen las ciencias en la vida cotidiana. Por otro lado, la enseñanza de las ciencias favorece en niños y jóvenes el desarrollo de sus capacidades de observación, análisis, razonamiento, comunicación y abstracción; permite que piensen y elaboren su pensamiento de manera autónoma. Además, construyendo su cultura científica, ese niño-adolescente desarrolla su personalidad individual y social. El aporte de las Ciencias de la Naturaleza debería facilitar la aproximación de los alumnos a la realidad natural y contribuir a su mejor integración en el medio social.

La adquisición de conceptos científicos es sin duda importante en la educación obligatoria, pero no es la sola finalidad de esta enseñanza: además, debería ser capaz de brindar a los niños-adolescentes conocimientos y herramientas que posean un carácter social, para que adquieran seguridad en el momento de debatir ciertos temas de actualidad. Asimismo, ha de introducirles en el valor funcional de la ciencia, capaz de explicar fenómenos naturales cotidianos y dotarlos de los instrumentos necesarios para indagar la realidad natural de manera objetiva, rigurosa y contrastada. Del mismo modo, no debería disimularse el papel de instrumento de opresión que la ciencia puede adquirir en determinadas situaciones: para enfrentar las mismas es necesario educar críticamente a las nuevas generaciones.

La enseñanza de las Ciencias de la Naturaleza debe estimular, entre otros aspectos:
* la curiosidad frente a un fenómeno nuevo o a un problema inesperado
* el interés por lo relativo al ambiente y su conservación
* el espíritu de iniciativa y de tenacidad
* la confianza de cada adolescente en sí mismo
* la necesidad de cuidar de su propio cuerpo
* el espíritu crítico, que supone no contentarse con una actitud pasiva frente a una «verdad revelada e incuestionable»
* la flexibilidad intelectual
* el rigor metódico
* la habilidad para manejar el cambio, para enfrentarse a situaciones cambiantes y problemáticas
* el aprecio del trabajo investigador en equipo
* el respeto por las opiniones ajenas, la argumentación en la discusión de las ideas y la adopción de posturas propias en un ambiente tolerante y democrático.

La importancia de la enseñanza de las ciencias en la sociedad actual es hoy plenamente reconocida. Este reconocimiento, unido a la creciente preocupación por el fracaso en lograr que los alumnos adquieran conocimientos científicos, ha conducido a proponer la introducción de la enseñanza de las ciencias a edades más tempranas. Faltan, sin embargo, propuestas de currículos sugerentes sobre todo para la enseñanza obligatoria, que contribuyan al desarrollo de capacidades científicas y promuevan a la vez un afecto y un gusto por su aprendizaje, sin distinción de sexos ni procedencias sociales.

Actualmente, la tendencia que en general se evidencia en los currículos científicos de la educación obligatoria es la de incluir, simplificadas, las mismas propuestas de los cursos superiores. Entendemos que es necesario establecer propuestas específicas que contemplen las características especiales de los diferentes tramos etarios y establecer para cada caso qué tipo de enseñanza de la ciencia es la que mejor se adapta al alumno, en función de su edad, de sus intereses y respetando su realidad cultural. Tradicionalmente, la educación primaria ha sido definida y se le han otorgado características propias, como ha sucedido con la educación secundaria. No así el tramo que cubre las edades de 11-14 años, que no ha sido objeto de definición propia sino en función del tramo inferior o superior, según los distintos casos.

Parecería pertinente que durante los primeros años de escolarización, de.6 a 11 aproximadamente, se favorecieran las actividades de carácter más espontáneo y vivencial, respetando la forma de abordar los problemas en la vida cotidiana. De este modo, además, se sería coherente con la evolución cultural de la humanidad. Recordemos que la tecnología antecedió a la ciencia. Corno dice Martínez (1996), «la tecnología a menudo se ha anticipado a la ciencia, con frecuencia las cosas son hechas sin un conocimiento preciso de cómo o por qué son hechas. La tecnología antigua (primitiva, artesanal) es casi exclusivamente de ese tipo». Es decir, que la mayoría de las invenciones se apoyaban en el conocimiento empírico.

Durante los siglos XVIII Y XIX, el desarrollo de maquinarias fue el producto de un trabajo empírico. Es hacia la segunda mitad del siglo XIX cuando la ciencia comienza a estimular y a favorecer el crecimiento tecnológico. En el siglo XX los avances tecnológicos están íntimamente relacionados con los resultados de la investigación científica.

La estrecha relación ciencia-tecnología debería realzarse en las propuestas educativas respetando sus objetivos propios. La tecnología utiliza numerosos conceptos científicos, que son reconceptualizados e integrados al contexto tecnológico. Desde el punto de vista metodológico también la tecnología utiliza procedimientos semejantes a los utilizados por la ciencia que, a su vez, recibe muchos aportes de la tecnología que no se limitan sólo a los instrumentos y sistemas productivos, sino que involucran conocimientos teóricos y metodológicos. Así como históricamente se puede evidenciar que existe un primer período de aplicación pre-científica de las leyes de la naturaleza a la tecnología, parecería coherente que los primeros años de la educación primaria favorecieran una cierta «acumulación experiencial pre-científica» -Gil (1996)-. Este período prepararía a los alumnos para iniciar la enseñanza de las ciencias.

El presente trabajo tiene como propósito central colaborar a la concreción de la enseñanza de las ciencias en el tramo de 11 a 14 años, que marca la transición entre la educación primaria y la educación secundaria. Esta «zona de nadie» y «de todos» merece, a nuestro entender, definirse mejor y requiere un diseño curricular específico que cumpla con dos requisitos básicos: a) preparar a los alumnos para abordar con garantía y gusto los estudios científicos superiores y b) contribuir a la formación científica de los futuros ciudadanos que, por diversas causas, finalizan en este tramo etario su educación obligatoria.

Etario: grupo de personas que tienen la misma edad.

Itziar
Cecilia

CIENCIAS HUMANAS

Desde el mismo momento en que llegamos a la vida, nuestros padres, luego nuestros maestros y la sociedad, nos lavan el cerebro para moldearlo a sus gustos y propósitos. Llenan nuestras pobres y jóvenes mentes con doctrinas y órdenes de lo que ellos quieren que seamos, matan nuestros sueños, nos comparan con lo peor o con lo mejor, cercenan nuestras libertades y deseos, sus egoístas orgullos moldean en nosotros un carácter y una personalidad de plástico, somos títeres en este mundo de manipuladores, somos viajeros perdidos en un gran nido de rapaces con hambre de superioridad. Más tarde llegan los medios, nos ordenan como debemos vestir, que debemos comer, con quien debemos casarnos, y hasta como debemos hablar… Ya es muy tarde, nuestra imagen está formada, nuestro mundo está creado. Somos lo que la sociedad a dictado, navegamos por este mundo siguiendo reglas programadas, no somos nosotros, somos una pequeña semilla entre millones de granos pre-programados.
La sociedad ha creado un muro entre nosotros y nuestros verdaderos intereses, hemos sido educados bajo la cultura de la fachada, bajo el látigo del “que dirán” y nos olvidamos de ser nosotros mismos… ¿A quién le importa?, en realidad, a nadie. Somos títeres, nos maneja la incapacidad de liberarnos del yugo de la influencia y la impotencia de rebelarnos para ser tal como en realidad queremos sea nuestra vida.
Para ser independiente se debe empezar por ser uno mismo y como se quiere ser, es imperativo mandar al diablo cualquier tipo de conducta inadecuada que nos hayan inculcado desde la infancia, pensemos con lógica, vivamos la vida en plenitud y sanamente, lo que queramos hacer hagámoslo, lo que queramos decir digámoslo, lo que queramos vestir vistámonos y al diablo con el “que dirán”…, se trata de nuestra vida y nuestra felicidad, los demás no se preocuparán nunca por hacernos felices, es nuestro problema y solo nosotros mismo podemos ayudarnos a ser felices, amenos, laboriosos, optimistas y creativos.
ALUMNOS:
KARLA GABRIELA MARTÍNEZ MATUS
EDGAR VÁSQUEZ ORTIZ
ANA BELÉN ARAUJO MONTES DE OCA
STHEFFANY ZEPEDA GONZALEZ

ciencias humanas

Ciencias humanas es un concepto epistemológico que designa a un grupo de ciencias cuyo objeto es el hombre o los grupos humanos y su cultura. No es de utilización muy generalizada, aunque está presente en algunas denominaciones institucionales. Puede considerarse de alguna manera similar a conceptos poco utilizados en la actualidad, como los de ciencias morales y ciencias políticas (en España hay una Real Academia de Ciencias Morales y Políticas); o el mucho más utilizado de humanidades. Es habitual agrupar a las ciencias humanas junto con el concepto de ciencias sociales, de las que no tienen una distinción clara (historia, geografía, economía, ciencia política, sociología, antropología, etc.); incluso en algunos casos se enumeran con ellas disciplinas del entorno de las ciencias de la salud, como la psicología, o saberes más generales, como la filosofía.
En la teoría de Wilhelm Dilthey, las ciencias humanas reciben la denominación de ciencias del espíritu (Geisteswissenschaften).
¿Cuáles son las Ciencias humanas?
2.1 Ciencias Políticas
2.2 Ciencias Económicas
2.3 Sociología
2.4 Psicología
2.5 Lingüística
2.6 Biología Humana
2.7 Ciencias del Arte
2.8 Antropología
2.9 Historia

La enseñanza de las ciencias sociales en el nivel inicial

DEBATE
Por Lic. Silvia Marcela Mazza
¿Qué hay que enseñar de las ciencias sociales?
Las nociones que se enseñan en la escuela no son iguales a los que se producen en el área de la ciencia, las que utilizan los historiadores, los geógrafos, etc., sino que los contenidos de la enseñanza resultan de la transposición didáctica, es decir que se ha ido transformando ese conocimiento científico (conocimiento erudito) en un conocimiento adecuado a la comprensión de los alumnos (objeto de enseñanza). En este proceso de transformación no debe perder de vista el marco teórico metodológicos del docente, la actitud del maestro debe convertirse en un replanteo de las prácticas, donde debe ordenar objetivos, métodos y competencias a modo de posibilitar que los contenidos sean aprendidos por los alumnos.
En la enseñanza tradicional de las ciencias sociales, la labor docente se reducía a nociones definidas y establecidas según criterios casuales, como la cronología y la distancia espacial, segmentado por las fechas y hechos por un lado y lugares y kilómetros por otro.
Hoy los docentes debemos asumir un nuevo modelo educativo, esto implica un proceso de investigación y perfeccionamiento continuo.
La sociedad, el tiempo, el espacio y las normas son conceptos fundamentales en las ciencias sociales.
Las ciencias sociales estudian las sociedades concretas y sus problemáticas en relación con los tiempos y espacios que ellas mismas generan. Se investiga el pasado porque permite comprender el presente. El tiempo y el espacio son dos variables fundamentales que implican la comprensión y asimilación de la realidad social. La conexión sociedad - naturaleza se construye históricamente debido a que el tiempo y el espacio se han ido modificando y transformando. Es preciso conocer también las normas, para poder comprender el modo en que los hombres se relacionan en cada sociedad.
Ahora bien ¿qué se enseña en el nivel inicial?
El niño pequeño conoce evidentemente su entorno más inmediato, su familia, su barrio, su ciudad, por lo que todo lo que está alejado en el espacio y en el tiempo les resulta muy difícil de comprender. Para ellos, las cosa, van a seguir siendo siempre iguales, no se han producido modificaciones, siempre las cosas fueron así. Los niños perciben la historia como piezas aisladas, como sucesos desconectados y la enseñanza que se practica favorece notablemente a ello. El niño establece asociaciones ciegas de fechas y nombres que no le dicen nada porque existe una gran dificultad para entender lo que está muy alejado en el espacio y en el tiempo. E l ambiente proporciona datos históricos y sociales y una de las misiones de la escuela debe ser enseñar al niño a identificarlos y a descubrirlos. Hay que enseñar las ciencias sociales tratando de empapar al alumno en el ambiente social y ayudarlo a entenderlo. Cada aspecto de la vida social puede dar lugar a preguntas y a problemas que pueden servir de punto de partida a investigaciones que
los niños realicen. Muchas veces los docentes preferimos el lucimiento de las obras, de las actuaciones sobre el escenario y dejamos de lado el hecho de que el alumno incorpore y comprenda los hechos históricos, por medio de trabajos de investigaciones en la sala o con la ayuda de sus padres.
¿Cómo seleccionamos los contenidos?
Los contenidos en esta área comprenden tres ámbitos: los conceptos confeccionados por las distintas disciplinas, los procedimientos que abarca el modo en que se construyeron esos conocimientos y las actitudes que son los valores y normas. Elegir y examinar los contenidos es establecer una relación entre la razón de la ciencia, las particulares psicológicas de los alumnos, y la intencionalidad del docente. Tenemos la oportunidad, en el jardín de infantes, de poder poner un poco de coherencia a tanta información que sobre todo arroja las efemérides patrias, y no tomar los contenidos en forma aislada sino que hay darles un seguimiento cronológico de hechos y de sucesos partiendo de nuestros aborígenes, continuar con las colonizaciones, avanzar con los sucesos ocurridos en la época colonial, abarcando semana de Mayo- símbolos patrios – la independencia, para concluir en el hoy, nuestra fecha actual. Esto permitirá que el niño incorpore paulatinamente conocimientos, teniendo en cuenta la articulación entre sujetos sociales, espacio social y tiempo social.

Comentario:
Es de gran importancia que como lo menciona la autora de este articulo , las ciencias sociales sean impartidas a los alumnos desde el ingreso al jardín de niños, pero esta enseñanza tiene que ser exactamente cronológica hasta el día de hoy para tener un correcto aprendizaje y que el alumno logre comprenderlo.
En ciertas ocasiones varios autores han llegado a mencionar que la ciencias sociales o humanas no son ciencias, sino pseudoproblemas, pero a pesar de la disyuntiva que se pueda tener no se debe perder de vista que es muy importante que estas sean impartidas, porque en un país con una historia muy amplia es necesario que sea conocida no solamente por los estudiantes, sino por toda la población en general, ya sea por cultura o por verdadero interés.

28 nov 2011

LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA Y EL DEBATE DE LAS HUMANIDADES

1. INTRODUCCIÓN: LO OCURRIDO
En la segunda mitad de 1997 y los primeros meses de 1998, se produjo un debate que se centraba en un tema educativo: el pretendido fomento de la enseñanza de las humanidades. El motivo inmediato había sido la difusión de un proyecto de decreto que proponía nuevos programas de diversas materias de la Educación Secundaria, entre ellas la Historia. De un tema aparentemente técnico, que en principio parecía que debía interesar, sobre todo, a educadores e historiadores, se pasó a un debate público que llenó los espacios de tertulias radiofónicas y televisivas, que dio lugar a decenas de artículos de prensa y que, por fin, ocasionó una serie de debates parlamentarios que acabaron por hacer que la ministra de Educación retirara dicho decreto con los ojos envidriados. A continuación, se constituyó una nueva comisión de enviados de los gobiernos autonómicos que supuso el final aparente del problema y que ha finalizado su actuación con más pena que gloria.
El aspecto externo del debate, sobre todo el que se produjo en tertulias y diarios, cobró la apariencia de un espectáculo mediático que, desde mi punto de vista, ha servido, más que para ofrecer luz sobre la cuestión, para ocultar y ensombrecer las verdaderas claves del problema. La mayoría de los intervinientes fueron políticos y periodistas, algún intelectual, y pocos historiadores independientes (1). Casi nadie eligió aliados, sino enemigos, algunos sacados del baúl de los recuerdos históricos.
El proyecto de Decreto fue poco discutido, incluso es posible dudar si fue leído con atención por muchos de los que participaron en la reyerta. Los que lo hemos estudiado, buscamos con atención dónde pueden estar (en el documento que elaboró la comisión (2) esa fuente inagotable de intenciones políticas o de cargas ideológicas enmascaradas.
Lo ocurrido fue que el proyecto de decreto se convirtió, incluso desde antes de su aparición, en un catalizador de posiciones políticas, ideológicas, sociológicas y, en mucha menor medida, de posiciones sobre temas educativos. En el debate se ha mezclado la concepción de Estado, la idea que unos tienen sobre los otros, incorporando, en ocasiones, los más vulgares estereotipos antropológicos, las contradicciones de los partidos políticos, las presiones de los electorados nacionalistas (español, catalán, vasco) y los ajustes de cuentas que ha provocado la legislación socialista sobre educación.
El proyecto de Decreto sirvió más para proyectar deseos y frustraciones, que para discutir un problema fundamentalmente educativo. Es imposible que en el temario propuesto, en el caso de historia, existiese ese filón inagotable que diese pie a esa serie de pretendidas intenciones que tenían como objetivo "frenar a los enemigos de la unidad nacional". Esto y otras cosas que se dijeron no están en el texto del proyecto de decreto. Y en cambio, si se lee gran parte de lo publicado y se revisan las tertulias de la radio y la televisión parece que en el temario de historia propuesto hubiese realmente aviesas intenciones y arreglos de cuentas.
¿Por qué un proyecto de Decreto que trata en principio de organizar las enseñanzas de la historia en la ESO se ha convertido en un catalizador político, ideológico, sociológico? ¿Por qué el debate ha sido tan confuso?. ¿Por qué se ha formado un cóctel de ideas donde no ha aparecido la educación, sino el concepto del Estado?. ¿Por qué en un tema de esta naturaleza afloran las contradicciones de los partidos políticos?. ¿En qué medida el discutir la historia que debe enseñarse en la Educación Secundaria hace que aparezca en la discusión la servidumbre de los partidos políticos?. Muchas preguntas que exigen complejas y elaboradas respuestas.
En resumen, mucho ruido (político-social) y pocas nueces (ideas de cómo mejorar la educación humanística de los jóvenes españoles). En todo este escenario, los que nos dedicamos a la didáctica de la historia, el profesorado de secundaria, y los historiadores más serios han participado muy poco. No hemos podido -ni sabido- llevar la discusión hacia el tema de fondo: la promoción de la educación social y humanística en la enseñanza secundaria.
En esta ponencia, se intentará reflexionar sobre el significado político y educativo de lo ocurrido. Para ello, se dividirá el discurso en tres partes: en la primera, trataré el tema desde la óptica de la cuestión política general, en la segunda, enmarcado en el proceso de implantación curricular de la LOGSE y, en la tercera, incluiré algunas reflexiones sobre los problemas de la enseñanza de la historia en la enseñanza secundaria para poder justificar con alguna base mi posición sobre la oportunidad y las posibilidades del contenido del proyecto de decreto. Avanzo aquí mi respetuosa disconformidad con lo que se propuso.
2. EL DEBATE DE LOS POLÍTICOS
Siempre ha habido un interés de las estructuras políticas, ya sea desde el gobierno como desde la oposición, de tener presencia en la determinación de los contenidos de Historia y Geografía de la educación primaria y secundaria. El que exista esas asignaturas en los planes de estudio se debe, justamente, a esa intención. Recordemos que la Historia no era una materia de los bachilleratos universitarios del siglo XVIII, surgió com tal casi al hilo de la creación de los estados nacionales de carácter liberal, apareciendo cuando era más necesario hacer un esfuerzo ideológico de convertir a los antiguos súbditos en voluntarios ciudadanos del nuevo Estado, que decía basarse en la soberanía del pueblo. Los ministros y gentes de la educación no ocultaban esta pretensión ni, por supuesto, se avergonzaban de ella. La historia debería servir como una enseñanza que despertase el sentimiento nacional y el amor a la patria. Así lo podemos leer en multitud de obras pedagógicas de finales del siglo XIX y principios del XX. "El objetivo de la historia en la escuela, -señala, en 1926, el conocido pedagogo alemán Richard Seyfert- es despertar el sentimiento nacional y el amor a la patria"(3). O lo mismo señala en 1894 Rafael Altamira cuando dice: "...la inclusión de la [historia en los planes de estudio] (...) obedece, con frecuencia, más que a un desinteresado amor por la historia misma, a razones políticas o de patriotismo, que le hacen ser principalmente una rama de lo que se denomina 'instrucción cívica"(4).
Esta ligazón entre proyecto político y enseñanza de la historia es vigente hasta la actualidad. Desde la misma aparición de la asignatura en el sistema educativo, los gobiernos han pretendido utilizar la Historia en la escuela, aprovechando su poder de ordenación e inspección del sistema, para intentar configurar la conciencia de los ciudadanos, ofreciendo una visión del pasado que sirviese para fortalecer sentimientos patrióticos, valorar con excesivo énfasis las "glorias" nacionales o, simplemente, crear adhesiones políticas.
Es a partir de mediados de este siglo cuando, por un lado, la nueva historia ligada fundamentalmente a la evolución de las sociedades y, por otro, la irrupción de las llamadas Ciencias de la Educación, han debilitado el discurso que explicitaba estas intencionalidades, discurso que mantenían los gobiernos cuando elaboraban sus cuestionarios de Historia y que, al parecer, siguen manteniendo.
Las nuevas tendencias didácticas concebían la historia como un instrumento privilegiado para la formación de ciudadanos libres y con espíritu crítico y no de entregados patriotas. La historia como materia educativa debía permitir utilizar las posibilidades metodológicas del método histórico para enseñar a analizar críticamente el presente, y para acercarse al pasado desde una posición intelectual que busca la objetividad, independientemente de la relación que los contemporáneos tengan con éste. Cuando estas tendencias han influido en los gobiernos y se han pretendido realizar reformas, orientando la enseñanza de la historia en este sentido, han surgido problemas y debates como el que comentamos.
Podría citar varios ejemplos, aunque sólo me referiré a uno: lo ocurrido en Francia a principios de la década de los años ochenta. Sucedió cuando el ministro de educación francés, Alain Savary, influido por un sector del profesorado que propugnaba lo que venía a denominarse "pedagogie a l'eveil", intentó "desnacionalizar" los programas de historia de la educación obligatoria. Pretendía el ministerio Savary una mayor flexibilidad de programación y una orientación de los contenidos que estuviesen más en consonancia con la comprensión de las contradicciones sociales y la historia de las gentes, y no la "grandeur" y epopeyas de Francia. Con este motivo se produjo un gran debate nacional, en el que participaron políticos de todas las tendencias y entidades. Tuvo especial beligerancia pronacionalista la Asociación para la Defensa de la República Francesa, muy vinculada al gaullismo y dirigida por el añejo político que fue ministro con el famoso general. Frente a estos, los reformadores partidarios de la innovación metodológica y temática, por cierto, abandonados a su suerte por los políticos de izquierda.La consecuencia fue que amplios sectores de la política y de la intelectualidad gala pusieron en cuestión el proyecto de reformar los programas de historia. El ministro socialista no pudo llevar a cabo su plan de reforma, y se llegó a una solución salomónica, más o menos pactada. (5) Situaciones parecidas a esta se han producido en las últimas décadas en diversos lugares de occidente.
Pero en España este debate se ha dado en términos muy diferentes. No se ha discutido sobre dos maneras de entender la enseñanza de la historia, como ocurrió en Francia o en Inglaterra y Gales, a principios de la década de los setenta. Aquí los términos de la polémica se han situado entre dos polos que, curiosamente, defienden exactamente lo mismo: la idea de que la historia sólo sirve para crear sentimientos y conocimientos que refuercen concepciones identitarias sobre la idea de nación que respectivamente defienden. Por un lado, los que pensaban y afirmaban que la idea de España corría el peligro de disolverse si no reforzaba la enseñanza de la historia en una dirección determinada. Los principales defensores de esta posición eran el propio Ministerio de Educación y los políticos del Partido Popular.
En el otro polo, los políticos nacionalistas, en especial los del Convergencia i Unió y los del PNV. Defendían en esencia la misma concepción que los del PP, pero exigiendo que los programas de historia estuvieran al servicio de su concepción identitaria. Es por ello que, más que discutir de enseñanza, se discutía sobre la idea de España que los dos tipos de nacionalismos defendían.
El PSOE estaba descolocado y sus actuaciones fueron erráticas. No supo encontrar una posición propia y ofreció un poco edificante espectáculo, pactando en el Senado con el PP y bloqueando el proyecto en el Congreso. Sus contradicciones internas hacían imposible defender alguna posición, ni tan siquiera la que podía hacerse desde la óptica educativa que estaba plenamente justificada y planteada en los documentos de la Reforma que se había aprobado en la etapa política anterior. ¿Cómo iba a defender el PSOE la filosofía curricular de la LOGSE si la mayoría de sus políticos, lo dijeran o no, estaban de acuerdo en que el problema venía del propio diseño curricular que se hizo como aplicación de esta Ley?(6).
La refriega política se acabó con la retirada del proyecto de Decreto (nunca por razones educativas), y la creación de una nueva comisión compuesta por mensajeros autonómicos y no autonómicos. A pesar de su apariencia por los perfiles de algunos de sus miembros, no era una comisión que podría calificarse de eminentemente técnica.
De todo lo ocurrido se desprenden dos conclusiones: la primera, la constatación de que la administración, (administraciones), tienen una visión doctrinaria e ideológica de la historia como materia educativa y la quieren poner al servicio de sus concepciones identitarias. La segunda, el poco peso que los profesionales de la educación y de la historia han tenido y tienen en el debate que, sin duda, les afecta de lleno, y sobre el que pueden ofrecer visiones mucho más racionales y ajustadas.

Posteado por: Jesús Antonio Treviño, Jacqueline Juan e Israel Jimenes, Edith Adriana Dávila González y Ana Laura Martinez Azorín

Reseña Final Jesica Pacheco

Cereijido Marcelino.
Ciencia sin seso, locura doble. ¿Estás seguro de que te quieres dedicar a la investigación científica en un país subdesarrollado?
México, siglo veintiuno editores, 7° reimpresión 2011, 275 pp.


Varios jóvenes no tienen el hábito de la lectura y mucho menos a leer textos científicos ya que los tachan como textos de menor importancia porque se les hacen aburridos muy difíciles de comprender, etc.
El autor Marcelino Cereijido en su obra “ciencia sin seso” hace un hincapié a científicos del tercer mundo ósea de países subdesarrollados en donde se abordan temas de interés para la formación de estos. En la obra más que nada nos da entendimiento de que un país subdesarrollado no va a tener un gran avance científico por el simple hecho de copiar modelos de países de primer mundo.
Marcelino Cereijido tiene un objetivo con esta obra el cual es llevar de la mano a un futuro científico pero no por el camino de siempre (copiar simplemente lo que hacen los demás), sino introduciéndolo por cuestiones de interés; es decir, que él se involucre, se cuestione todo lo relacionado a su alrededor. Por esta razón nos muestra un contexto de un estudiante en una universidad de tercer mundo con uno de primer mundo que son dos cuestiones diferentes pero que para Marcelino Cereijido no se le hace un obstáculo para que un estudiante de un país subdesarrollado no se supere como un científico exitoso.

Marcelino Cereijido siendo profesor de fisiología celular del Centro de Investigación y Estudios Avanzados de México (IPN), “ha trabajado en el CONICET y en la Universidad de Harvard, y fue profesor en la Universidad de Nueva York (1975-1979). Entre sus muchos premios figuran la Beca Guggenheim, el Premio Internacional de Ciencias “Bernardo A. Houssay” de la OEA, el Premio Weissman y el Premio Nacional de Ciencias y Artes de México. Además de haber publicado alrededor de 150 artículos científicos internacionales, escribe regularmente artículos periodísticos, cuentos y ensayos, y ha recibido diversos premios por ellos”; sabe de la importancia de formar buenos investigadores en un país subdesarrollado por esta razón su preocupación por la forma de cómo se enseña la ciencia en México y en diferentes países latinoamericanos.
Más que nada este libro está dirigido a jóvenes que se quieren formar como futuros científicos en donde el autor les va poniendo algunas advertencias para esta formación.
Por otro lado como tenemos entendido y también por lo que nos explica el autor para que se creara una buena investigación se tiene que ver quien es la persona quien nos la está enseñando, y los entornos políticos, económicos y sociales en los que nos estamos desarrollando. Él mismo en su obra nos habla de diferentes desarrollos que debe pasar el ser humando (hombre) para poder desarrollar su potencial de inteligencia, nos habla de teorías psicologías las cuales afectan el entendimiento de la persona.
En los apartados del libro más que nada se va desarrollando el cómo se puede elaborar una investigación científica en un país tercermundista, en primer lugar y como debe de ser el autor empieza por describir los primeros movimientos del hombre en un conocimiento filosófico, sociológico y antropológico; nos menciona los mitos entre otras cosas. Esto lo hace con el fin de que hagamos conciencia ya que una verdadera
investigación debe empezar por los orígenes más profundos para que el conocimiento científico actual sea de mayor relevancia y tenga muy buenos fundamentos.
También nos menciona los modelos mentales, (son las imágenes, supuestos e historias que llevamos en la mente acerca de nosotros, de los demás, de las instituciones y de todos los aspectos de nuestras relaciones con nuestro entorno)1 y estos modelos como nos dice el autor en un futuro se convertirían en nuestra ciencia y los modelos explicativos que nos menciona el autor que pudieron ser “situaciones concretas de sobrevivencia”.
Juntando los cuatro apartados siguientes más que nada porque en estos se nos da un explicación sobre cuestiones sociológicas y epistemológicas en donde nos da a entender cómo se genera un conocimiento. En primer punto se habla de diferentes tipos de conocimientos y estos al establecerlos llegan a ser “axiomas” lo cual nos dice que la ciencia se va a basar en estos para tener la dignidad de lo que realmente es un conocimiento científico, pero, también nos menciona los prejuicios que estos al realizar una investigación son primordiales; ya que se puede ver que lo que se dice es realmente cierto. “cerebros sin usar y computadoras flamante”; en este apartado más que nada nos habla de teorías psicologías en donde nos menciona a un psicoanalista (Freud) y a un cognitivista (Piaget) y hace una comparación entre la información que se le puede introducir fácilmente a una computadora y al tiempo que tarda el humano para tener cierta información almacenada en el cerebro.
Por esta razón lo de Freud y Piaget, ya que como se sabe Freud nos habla de tres aparatos psíquicos (El YO, El Ello y El Superyó) que “al funcionar juntos y en cooperación, le permite al individuo relacionarse de manera eficiente y satisfactoria con su ambiente. La finalidad de esas relaciones es la realización de las necesidades y deseos básicos del hombre”2. Por otro lado Piaget nos habla de siete estadios por los cuales un niño tiene que pasar para tener la formación de un conocimiento más factible. Pero, ¿Por qué la comparación con una computadora? El autor muy fácil nos dice que un joven no se va a llenar fácilmente de un conocimiento sino que tiene que pasar por diferentes procedimientos, sin embargo a una computadora se le actualizan sus programas y en cuestión de segundos o minutos ya tiene una información más actualizada y en un estudiante para que pase eso tardaría meses para estar bien actualizado.
En el cuarto apartado hace referencia al primero en cuanto a los conocimientos que se iba adquiriendo en las diferentes culturas, principalmente en los griegos y nos menciona que “ellos llegaron a creer más en lo que entendían que en lo que veían, de modo que, cuando se trataba de conocer la realidad, preferían la razón a la experiencia, ósea que ellos no se basaban en un conocimiento empírico sino en un conocimiento científico.
¿Conocer? Más que nada en este apartado se dan ejemplos en donde se explica la relación que existe entre la epistemología y la ciencia. Es muy interesante saber que panoramas se abarcan para que un científico elabore sus teorías o que cuestiones toma en cuenta para que se aprueben.
En el sexto apartado nos habla del inconsciente (El ello) que desde ese pensamiento se puede crear una investigación; “a muchos científicos les enoja que uno le reconozca un papel a lo inconsciente. Hoy se reconoce incluso que el inconsciente puede llegar a ser “mejor investigador” que el consciente (El Yo).” Más que nada ya que en el inconsciente se elaboran fantasías o sueños y de ahí puede crearse una idea que se pueda comprobar o investigar, sin embargo en el consciente como siempre se tiene empleada la razón las ideas pueden ser más concretas y algunas no pueden tener una investigación clara.
También nos menciona de la serendipia, que “hoy los científicos hablan de ésta cuando al realizar un experimento, por alguna razón ajena, descubren lo que en realidad estaban buscando, queda claro que esta palabra se le asigna al conocimiento que aparece así de
repente por pura casualidad. Otra corriente psicológica de la que nos habla es la Gestalt, el todo no es igual a la suma de sus partes, ósea que un objeto no va a ser todo con lo que está conformado, creo que más que nada aquí da más el valor a las partes con las cuales está conformado un objeto que cuando ya está bien formado. Más que nada en este apartado el autor nos planteó como se puede llegar a crear una buena investigación con diferentes postulados. Pero que siempre nos llevaran a un fin el cual debe ser que como científicos se debe tener un pensamiento racional pero no se debe hacer a un lado un pensamiento fantasioso ya que de este se pueden desprender nuevas ideas las cuales se pueden llevar una muy buena investigación.
¿Hasta dónde llega el campo del conocimiento? Un límite en el que trabajan los creadores. “En cada etapa de la evolución histórica, hay un límite entre lo que se conoce y lo que se ignora”. Eso es lo que nos da a entender el autor en este capítulo que siempre va haber un límite para todo, ¿Pero hasta donde llega un conocimiento científico? “El investigador trabaja en este límite expansible, tomando una porción de caos, estudiándolo y transformándolo en orden”; porque para empezar una investigación se toma en cuenta algo que todavía no está comprobado y aunque sea un conflicto realizar una comprobación esta se debe llevar y llegar a un orden. Este capítulo nos da a entender que no siempre se tiene que tomar en cuenta una investigación realizada por un científico como algo realmente factible ya que se pueden tomar diferentes técnicas o tendencias como conocimiento, que el conocimiento está abierto para diferentes áreas el chiste es salir del caos para llegar a una meta.
¿Cómo es que los científicos no se dispersan como los constructores de la torre de Babel? La ciencia tampoco es un simple acopio de conocimientos, sino que una de sus características fundamentales es tener esos conocimientos sistematizados”, en pocas palabras la hacer ciencia no se trata simplemente de recolectar diferentes investigaciones sino hacer un análisis de estas mismas y jerarquizar la información que nos sirva y adaptarla a las diferentes disciplinas que nos presentan.
Para que una sociedad científica no se separe y siempre este junta Marcelino Cereijido hace un énfasis en factores que hacen que la ciencia este sistematizada, estos factores son las leyes que ordena la ciencia y permite que una sola persona pueda manejar cantidades cada vez más abundantes de información y conocimientos; otro factor son los servicios informativos que es como se puede presentar la investigación realizada en una forma precisa, después nos menciona los discursos científicos aquí nos dice como el científico relata ya sea de manera escrita o hablada todo su proceso de investigación realizada y por ultimo las interdisciplinas donde nos menciona que como estas son la regiones más ricas y creativas del conocimiento, también son las primeras en desaparecer en cuanto se estancan o comienza el ocaso de una cultura.
Estos dos apartados tienen algo en común en primera porque nos habla de un límite que la ciencia debe de tener, aunque tal vez no exista tal limite ya que para una investigación no dice el autor que siempre hay una meta, y en segunda que con esto de los limites los científicos siempre deben estar en una cierta comunidad para poder elaborar las investigaciones correctas ya que estos no pueden trabar solos sino en cooperación para trabajar en el mismo circulo.
Hay partes del libro en las cuales se debe explicar el contexto de los sucesos, pero más que nada se está hablando del desarrollo de la ciencia en países de tercer mundo. Por ejemplo nos hace mención de la enseñanza que hay en un país desarrollado y la de un país subdesarrollado; Marcelino Cereijido nos dice que en una de sus experiencias cuando estaba en Harvard es que el profesor que estaba dando un curso que él tomaba era el ganador de un Premio Nobel de Química (George Wald) era tanta su impresión porque como puede ser posible que un Premio Novel estuviera dando un curso, después comprendió para que una enseñanza fuera más factible los conocimientos primordiales o
básicos deberían ser impartidos por profesores que tengan un campo científico más abierto ya que estos conocimientos van a ser la base de lo que sigue. Sin en cambio en un país tercermundista se hace todo lo contrario y los conocimientos básicos no se dan por grandes especialistas y esto será un factor principal para lo cual no se llegue a ser un gran científico, aunque otro factor y no de menor importancia puede ser el gran número de estudiantes que lleguen a tomar una clase de diferente ciencia ya que como el país no tiene un gran fondo monetario puede que no compre el equipo necesario para ciertas prácticas que se realicen el laboratorios.
Otro punto sobre el cual Marcelino Cereijido nos habla es sobre el mercado de trabajo que tiene un científico “en general, tanto los investigadores del primero como los del tercer mundo, están hartos de percibir bajos salarios, escribir gruesos mamotretos/solicitudes para conseguir apoyo y sufrir manoseos institucionales: si un novel jefe administrativo desea ver a un eminente y sexagenario profesor, simplemente lo cita a su despacho”; aquí el autor nos habla de que los salarios son muy bajos para este rubro aunque como se sabe en un país primermundista es mejor pagado una labor científica por eso la razón de la fuga de cerebros que hay hoy en día.
¡Oh, el progreso! La ciencia nació cuando también nació el progreso, ¡la razón!, porque cuando un cuando un país, Estado, comunidad etc., ensambla la ciencia, su nivel progresa porque tiene mejores avances que ayudan para tener una mejor vida social.
Como nos dice el señor Cereijido “con el desarrollo de registros históricos hechos por varias generaciones que da cuenta de lo sucedido a lo largo de muchos periodos históricos, geológicos y astronómicos, el ser humano adquiere la nación de que la realidad, tal como se la ve, no es un modelo terminado,..-constituyen sistemas dinámicos en continuo cambio, que no son cosas sino etapas de proceso”, ya que es obvio que todo va cambiando continuamente que no se queda estancando porque con el pasar del tiempo van surgiendo innovaciones.
Pero volvemos a la realidad que vivimos hoy en día; para que haya progreso en un país tercermundista este opta por copiar “pagar costosas y tendenciosas consultorías a empresas extranjeras” eso es lo que nos dice el autor.
Por esta razón en la obra de Marcelino Cereijido “la ignorancia debida” nos menciona “para traer a los jóvenes a la tarea científica, nuestros países están haciendo verdaderas proezas en la divulgación. Publican revistas y colecciones de libros escritos por los mejores científicos locales, crean museos de ciencia, cursos de verano y olimpiadas científicas. Sin embargo, esa divulgación se basa casi exclusivamente en el aspecto informativo, el dato, la hazaña tecnológica: modelos de moléculas de DNA de un metro de diámetro y a todo color, fotografía de galaxias, cerámicas con propiedades casi mágicas, fármacos dignos de Merlín. Pero algunas revistas son a la divulgación lo que la pornografía al sexo, pues llegan a brindar una visión un tanto distorsionada de la ciencia”3.
Este libro aunque está dirigido para jóvenes que quieren ser parte de la comunidad científica es de gran importancia para toda una comunidad estudiantil, ya que nos plantea el panorama de la vida científica en países latinoamericanos y que aunque para jóvenes que su carreara no esté muy relacionada con esta comunidad influye porque de estos científicos depende para que haya un gran avance tecnológico y así satisfacer grandes necesidades de otras licenciaturas.
Aunque el vocabulario que utiliza Marcelino Cereijido en el libro es un poco complicado por diversos términos científicos utilizados, pero a su vez es entendible porque nos lo va ejemplificando y así hace más amena la lectura, y como él mismo lo dijo en un principio es como que nos estuviera contando el libro tomando una taza de café.
Con este libro hablando por otras personas pensaran que entonces es una pérdida de tiempo ser científico en un país tercermundista, porque almenos yo lo pensé cuando empecé a leerlo; pero cuando te vas metiendo más a fondo a la lectura te vas dando cuenta que lo que quiere el autor es que realmente seas un científico y que te sientas orgulloso de serlo, pero él con su obra te quiere formar como un verdadero científico no como uno mediocre que se la pase copiando modelos de otros países y se quiera ganar la vida fácilmente, y sobresalir que la motivación de ser científico no se opaque solo pero el hecho de decir “pues ya que yo estudie en un país subdesarrollado por eso no voy a progresar” sino al contrario esforzarte mas y demostrar que por el hecho de no ser de un país de primer mundo no pueden sobresalir verdadero científicos exitosos.


1 www.mujeresdeempresa.com/.../061101-los-modelos-mentales.shtml
2“Compendio de psicología Freudiana”. Calvin S. Hall Pidos Mexico 2007 25pp.
3“La ignorancia debida” Marcelino Cereijido.

Por: Bautista Pacheco Jessica Beatriz
Universidad Pedagógica Nacional 151 Toluca
1° I

Reseña edgar

RESEÑA FINAL DE: CIENCIA SIN SESO  Locura doble  MARCELINO CEREIJIDO  SIGLO VEINTIUNO EDITORES  La ciencia es un término que a lo largo de los tiempos y de las civilizaciones ha perdido credibilidad y se ha tomado como algo que no tiene nada de valor dentro del progreso intelectual de la sociedad en general y lo que es aún peor es que no se le apoya, no se le impulsa como debería de serlo, al menos no en todo los países.  El significado de la ciencia y su modo de aplicación son maneras que sirven de mucho para que una civilización, en este caso un país pueda desarrollarse si es que se le aplica de una manera correcta, dedicada y concreta, el problema es que no se le toma en serio.  Es por eso que solo los investigadores, los héroes de esta labor (la ciencia) son los únicos que pueden definir qué tan creíble y que tan cierto es todo el conocimiento que abarca la ciencia.  Desde la perspectiva de Marcelino Cereijido los investigadores son los que juegan un papel muy importante dentro de la ciencia y en esta obra se enfoca principalmente a ser una guía para cada persona que quiera desempeñarse en la labor de investigador, ya que Cereijido opina que ellos son los únicos capaces de impulsar el prestigio de la ciencia y lo que quiere evitar es crear investigadores sin amor a la ciencia, con esto se refiere a que un investigador no debe de serlo por oficio, por el dinero, sino que sea por el respeto y el amor al conocimiento, los fondos son igual esenciales pero lo que debe ser una prioridad en la mente de un investigador debe de ser el amor por el conocimiento.  En esta obra lo que Marcelino marca como obstáculo en un investigador es el área o mejor dicho su ubicación al momento de realizar su investigar, a que se refiere con esto, pues Marcelino deja muy claro la división socio-económica de cada país refiriéndose a los súper dotados y desarrollados como primer mundo y a los subdesarrollados como tercer mundo.  Lo que se deja muy claro en este libro es que si uno opta por dedicarse a la investigación debe saber dónde puede conseguir lo que se desea, si lo que se busca son recursos económicos y un apoyo incondicional del gobierno con la investigación la opción correcta seria irse a un país de primer mundo pero también irse con la mentalidad de que hay que obtener resultados congruentes y verdaderos que se esperan.  En cambio, si un investigador solo quiere tener el porte, el nombre de investigador sin hacer ni realizar nada, de vagar por el mundo como si no supiera el porqué de su naturaleza su opción sería un país del tercer mundo.  Como se nota ay diferencias uno del otro y lo peor de todo es que muchos investigadores no conocen su realidad y es por eso que siguen en su mundo encerrados sin ningún avance ideológico.  De esto habla Cereijido en toda su obra, de las limitantes y virtudes que posee cada uno de estos mundos, para empezar el primer mundo es la mejor opción para que un investigador dedicado y con vocación se desenvuelva, sin embargo hay mucha competencia y hay demasiada rivalidad donde a veces desechan teorías o hipótesis bien elaboradas por el simple hecho de la mentalidad que se crea en ese ámbito, así que el primer mundo no es del todo benéfico, pero aun así es mejor que un país de tercer mundo, de echo Cereijido hizo mención de este suceso intelectual en uno de sus capítulos donde dice que muchas veces por el simple hecho de admiración e idolatracion  uno como investigador nuevo, por el respeto a sus superiores (hablando profesionalmente) tiene miedo a corregir a su superior cuando ese habla de una teoría o hipótesis donde el investigador nuevo sabe que está mal, ese respeto es algo tonto y demasiado malo para el desarrollo del nuevo conocimiento por que dentro de esa área de intelectuales que según buscan impulsar a la ciencia ahí mismo es donde están las barreras que no los dejan avanzar más allá de donde ellos quieren ver y eso es algo malo pero cierto y a Marcelino le consta, por eso es que habla de ello en esta obra.  Muy a pesar de que sea difícil de creer, el primer mundo es la mejor opción para tomarlo de apoyo en una investigación y más si se es un nuevo investigador, esa es la cara de un país de primer mundo, en si Cereijido igual hace mención de las características de un país de tercer mundo.  Un tercer mundo se distingue por no contar con el apoyo necesario para desarrollar una investigación completa ya que tiene carencias de suma importancia si hablamos de desarrollar un nuevo conocimiento.  No solo carece de apoyo sino que el prestigio de investigador no tiene gran relevancia en la sociedad, tanto es la represión de esta gran labor que algunos investigadores terminan siendo profesores en escuelas de poca resonancia social y si a uno le va bien da clases en la universidad.  En pocas palabras en países como México esta labor es reprimida de una manera increíble que a veces es difícil creer que una profesión tan difícil de desempeñar sea reducida a una simple profesión.  Las pocas personas que logran sobresalir en este tipo de países son personas que no se rinden y siguen en la lucha por defender su postura pero lo triste es que son muy pocos aquellos que se preocupan por desempeñar su labor de una manera que beneficie a la ciencia.  Los investigadores de un país de primer mundo son consideradas personas cultas, intelectuales, sabias, respetuosas, entre muchos adjetivos de igual manera que dan una buena impresión, en tanto los investigadores de un país de tercer mundo son considerados personas haraganes, flojas, mal educadas, tontas y en si adjetivos poco agradables, que significa esto, bueno para Cereijido significa que en todo el mundo hay una idea de los diferentes tipos de investigadores y que el estereotipo de cada país influye demasiado en el progreso de cada país, por ejemplo, Cereijido nos dice que por ser considerados así los investigadores de un país de tercer mundo no tienen la menor iniciativa de demostrar lo contrario ya que por lo mismo de ser tachados así ellos mismos muestran apatía y nada de deseo por cambiar y demostrar lo contrario porque por la falta de apoyo se crea cierta incertidumbre en sus mentes la cual les dice:”¿Por qué habremos de cambiar si así estamos bien?”, a veces con el simple hecho de tener una casa, tener dinero, tener todas las comodidades no se presta la menor intensión de involucrarse en cosas que para ellos se consideran en contra de su sistema, Cereijido nos dice que a veces la mentalidad de un investigador de tercer mundo no va más allá de su entendimiento, no tiene el don de la curiosidad ni de la crítica, ambas esenciales dentro de la búsqueda de conocimientos verdaderos.  Lo que distingue a estos dos mundos es que uno implanta los dones de crítica y curiosidad en sus habitantes desde la niñez y es por eso que cuando van creciendo los niños tienen desarrollada bien esa mentalidad de no conformarse solo con lo que se tiene, sino el desarrollo de la mente de buscar más cosas, esto obviamente es en el primer mundo, en tanto un país de tercer mundo no tiene bien definido estos conceptos y solo se toman cuando ya se está en una edad avanzada cuando ciertamente la mayoría ya no le presta gran importancia a este par de elementos.  Entonces, Cereijido nos habla de esta marginación entre estos dos mundos, ahora bien la metodología en la búsqueda de la verdad es muy diferente, ya que en uno es más completa esta metodología que en la otra, ósea que hay diferentes métodos científicos, aquí es  donde Cereijido nos habla de un término de gran importancia en todo el libro, de “La Epistemología”.  La epistemología es aquella que se encarga del estudio del conocimiento verdadero.  En cada mundo el objetivo es el mismo, encontrar nuevos conocimientos que sean verdaderos y obviamente comprobables, pero lo que tristemente pasa es que a veces este tipo de investigaciones quedan inconclusas y nunca son completadas.  En varios capítulos Cereijido hace mención de la infinidad del conocimiento y que muchos pensadores creen que la ciencia tiene cuerpo y forma, tal como un ser humano y que el trabajo tanto del investigador como del científico es descubrir cada parte del cuerpo de la ciencia, ya que parece ser que no tiene límite y que cuando se da respuesta o solución a una incógnita surgen 10 preguntas nuevas con la solución a ese problema y esto es un ciclo lo cual afirma que el conocimiento no tiene un límite y que puede seguir evolucionando pero solo con personas dedicadas y que amen el conocimiento, tal es el caso de los epistemólogos.  La ciencia siempre tendrá contrapartes que evitaran su progreso y la peor manera de detener el avance de la ciencia son nuevas corrientes de pensamiento tales como ideas equivocas pero que encajan en la sociedad y por el mismo asunto de que tienen influencias sociales a veces no tenemos otra más que aceptar la realidad, ejemplos de estas maneras de pensar son los mitos, las leyendas y el peor enemigo de la ciencia, LOS DOGMAS.  Una leyenda es una distorsión fantasiosa de un suceso real que pocas veces interfiere con la ciencia pero de alguna manera interfiere, ya que es un relato donde se toma como base la fantasía y los ideales de una sociedad perfecta, un ejemplo de cómo interfiere seria, si en un pueblo llega un investigador con el propósito de dar una respuesta lógica y coherente a él porque el agua de ese pueblo sale de un orificio de una estatua roja, los ciudadanos dirían que es un regalo de su Dios del agua llamado Tláloc, en tanto es una especie de pensamiento que es muy cerrado y no deja entrar nada más porque se tiene la fe de que es cierto aunque no lo sea, el mito es uno de los tantos obstáculos de la ciencia.  El mito tiene cierta similitud con la leyenda es solo que esta no tiene explicación alguna no como en el caso de la leyenda pero que es cierto porque pues así está dicho y nuevamente comparte la postura de una leyenda que son sucesos cerrados.  En fin, tanto el mito como la leyenda son corrientes ideologías que si se plasman y reflejan en un grupo de personas es muy difícil que el investigador indague entre ellos y les produzca cierta curiosidad por descubrir la realidad ya que para ellos su pensamiento es lo que es cierto y punto, no hay de otra, a esto es a lo que los investigadores y científicos deben enfrentarse día con día.  Si un mito o una leyenda entran en el curso de un investigador, es muy difícil que este avance, ya que carecería de apoyo y con el tiempo se volverá algo sin solución o respuesta, pero según Cereijido hay algo más que le pone un alto en automático a la ciencia, y lo que provoca tal atrocidad con la ciencia son LOS DOGMAS.  Así como Cereijido dedico un capitulo a explicar la delimitación que existe entre las diferentes clases socio-económicas de los países, también dedico varios apartados dedicados a este polémico tema dentro de la ciencia.  Un dogma es un pensamiento totalmente cerrado el cual no busca incrementar su conocimiento sino lo que busca es seguir intacto sin modificaciones o contradicciones dentro de sí mismo. Es algo totalmente opuesto a la ciencia, la cual día con día busca nuevos conocimientos y una vez que estas dos chocan es casi imposible que la ciencia pueda hacer su ley con un dogma en su entorno.  Los dogmas hacen mucha alusión a la religión, un tema que a lo largo de los tiempos se las ha ingeniado para detener el progreso del  conocimiento y lo peor de todo es que lo logra de una manera tan fácil y más porque una religión es algo que se ve en la vida cotidiana de cualquier ciudadano sea la religión que sea, en tanto la ciencia y la crítica no son algo que un ciudadano desempeñe por voluntad sino por el contrario, la ciencia ha sido disfrazada de algo inútil y de algo aburrido, es por eso que muchas veces no hay progreso por que la apatía desmorona con facilidad cualquier mentalidad.  Esto del dogmatismo se ve más en los países de tercer mundo como aquí en México donde hay una gran diversidad de religiones y se toma más como un sistema que como una ideología.  Lo que Cereijido propone para erradicar estas barreras en la ciencia es dar a conocer la función y la utilidad de la ciencia en la vida diaria, y no darle un aire de aburrido sino por el contrario, hacer notar lo divertido de buscar nuevos conocimientos y seguir un poco el sistema que los del primer mundo aplican en su vida, la aplicación de la crítica en la vida diaria de una persona de tercer mundo sería algo genial porque con esto nacería la curiosidad y así iría desencadenando nuevas circunstancias que motiven a la persona a meterse dentro de la ciencia.  Es un libro que sirve demasiado como guía para los futuros investigadores y tiene un gran impacto intelectual para los que posiblemente nos adentremos más al ámbito científico.  Nadie dijo que ser investigador fuera fácil pero de igual manera nadie dijo que fuera difícil y ciertamente con un poco de dedicación y empeño todo es posible.  Nunca me ha gustado la marginación que hay en todo el planeta acerca de este país es de primer mundo y este es de tercer mundo, realmente todos somos iguales y todos tenemos las mismas capacidades para poder desarrollar conocimientos y realmente si aquí en México se apoyara un poco más la investigación científica seriamos un país con muchas capacidades ya que ya se demostró que los mexicanos somos inteligentes es solo cuestión de un poco de apoyo por parte del gobierno.  Todo se puede si uno se mentaliza o se propone a lograrlo y no cerrarnos como dice Cereijido, nunca hay que cansarnos del conocimiento es más deberíamos de saber más y más cosas acerca de todo este gran concepto llamado Conocimiento.  La ciencia siempre va a tener barreras o limitantes pero en uno queda poder romper todas estas limitantes, nunca hay que decir nunca y mucho menos usar la palabra imposible porque dentro de la ciencia y del conocimiento todo puede ser posible hasta lo menos creíble.  Un tema que se ve en casi todas las materias son los dogmas algo que en lo personal me molesta como ciertas personas le dan toda su confianza a pensamientos cerrados cuando una de las virtudes que posee el hombre es la curiosidad y al momento de que un hombre choca y adapta el dogma a su vida ya valió y está condenado a una vida llena de pensamientos cerrados.  Los dogmas es un tema muy polémico pero que debe ser mencionado para que se sepa a lo que le tiran y a lo que se arriesgan los investigadores.  Es una gran obra que nos hace reflexionar sobre muchas cosas, pero sobre todo no solo trata de hacer que reflexionemos sino que pongamos en práctica lo que más le gusta a la ciencia “La Critica”.  Un gran libro que nos permite identificar las problemáticas de la ciencia y no solo eso, sino de darles una solución o una respuesta mediante el raciocinio y la lógica.  Más que nada este libro nos permite saber si realmente uno como estudiante esta listo para meter a la crítica en su vida o seguir sometido a la normatividad de las leyes que muchas veces no son ciertas o no tienen un criterio suficiente.  Nos va adentrando a lo que uno se arriesga cuando uno decide tomar el camino del conocimiento y ser un gran investigador.  Un gran libro con una gran énfasis a todas aquellas personas que quieren dedicar su vida a la ciencia y más que nada a la búsqueda de la verdad.  Muy bien el libro un poco complejo pero de igual manera un excelente libro muy enfocado a los investigadores que comienzan su carrera como investigadores y les da una gran lección, la cual seria, “No meterse a LA CIENCIA SIN SESO”.  EDGAR VASQUEZ ORTIZ  GRUPO I